Clay Riddell es un escritor de historietas que tras firmar un contrato para que publiquen una de sus historias decide comprarle un regalo a su esposa y otro para su hijo. Cuando ve un carrito de helados decide comprarse uno para celebrar.
Mientras hacia la cola para comprar el helado una mujer que termina de hablar por celular enloquece y ataca al heladero mordiéndole el cuello inmediata mente dos adolescentes que acababan de hablar por teléfono empiezan a luchar salvajemente entre ellas, empiezan a ocurrir accidentes de autos y un avión choca contra un edificio. En medio de este caos conoce a Tom y Alice con los que recorrerá el país para llegar a Maine donde esta su hijo.
Como si esto fuera poco Clay descubre que los locos telefónicos empiezan a formar una conciencia colectiva, a formar rebaños y desarrollar extraños poderes psíquicos.
Esta novela esta buena, algo que no me gusto fue que al principio esta 15 o 20 páginas describiendo explosiones, choques y esas cosas, después de eso no tiene mucha acción como una película de zombies (y tampoco son zombies sino de que la gente se ha vuelto loca por un virus propagado a través de los celulares) salvo algunas partes, principal mente se centra en el estado sicológico de los protagonistas al saber que sus familiares y amigos están muertos o convertidos en locos telefónicos.
La trama te atrapa y siempre queres saber qué es lo que está por pasar, el final queda abierto y nunca explican de donde salió el virus de los celulares, pero aun así lo recomiendo.
Crítica por Marcos Schleger.
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