jueves, 25 de agosto de 2011

El camion de mi tío Otto

Reseña Crítica

El relato “El camión de mi tío Otto” fue escrita por Stephen King, en el año ….. Stephen tuvo una gran trayectoria  lo largo de estos años ya que ha escrito excelentes cuentos. Este relato es narrado por uno de los participantes de la historia principal.
Todo ocurrió realmente me creerán pero la historia que les voy a contar es un alivio para mi escribirla ya que ver a mi tío Otto muerto fue preguntarme realmente si estoy loco. 
Mi tío había nacido en 1905, era el mayor de los cinco hermanos Schenk, mi padre era el más joven. Mi abuelo contaba con una enorme maderera de la cual al morir en 1925, mi tío Otto fue el heredero de todo, se mudo a Castle Rock y empezó a instalar nuevas ganancias. Tantas ganancias tenía que administrar que decidió tener un socio que invertiría en él y ayudaría a sus obsesiones, un yanqui llamado George McCutcheon. McCutcheon tenía un camión el que estaban todo el tiempo dentro de él, haciendo negocios y trabajando con el. Este tenía una enorme cabina roja, guardabarros y arranque eléctrico. Tenía unos seis metros de largo. Era una maquina fea, monstruosa. El camión de McCutcheon se estropeo y fue reparado varias veces.
Unos de sus paseos según comento mi tío, borrachos, subían por la carretera de Black Henry un dia en el año 1953. Al emprender una bajada los dos se veían descoordinados y tío Otto fue uno de los que piso el pedal, que se hundió. Salto el aceite sobre el parabrisas sin dejar ver. Por fin habían podido parar en un campo de lores amarillas en las cuales se podían observar unas hermosas White Mountains. Los dos pararon a revisarlo, siendo ninguno mecánico. Pudieron conseguir que Billy  Dodd lo ponga frente a la carretera y le ponga bloques debajo para poder lucirlo más. Un año más tarde el Creswell se salió de sus bloques y aplasto a McCutcheon, pérmicamente a mi tío el horroroso camión.
Yo crecí en Castle Rock, cuando nací mi padre me llevaba por ahí, de lo que había sido propiedad de mi tio. Incluso subí a ese feo monstruo que le tenía mío, ya que sabía la historia de cómo había aplastado al socio de mi tío Otto. Incluso había escuchado que el pobre McCutcheon parecía una “calabaza aplastada por una rueda de un tractor”.
En 1965, mi tío había echo construir una casita de una sola habitación al otro lado de la carretera, frente al camión , lo que la utilizaría como una escuela. No funcionada la idea mi tío decidió vivir en ella, lo cual llevaría a que mi papa tendría que llevarle comida todos los días. Papa murió dos años antes que mi tío Otto, lo cual me correspondía volver a la rutina de llevarle comida semanalmente para que no muriera de hambre. Cada semana que iba me encontraba con una locura, el creía que el camión de iba acercando y que algún día lo aplastara igual que a su socio. Cada que vez que iba me repetía lo mismo y estaba obsesionado que de pronto su vida acabara siendo aplastada por el Cresswell.
Un día como todos, llegue al patio y baje de mi auto, subiendo las escalera suponía que algo pasaba ya que Otto no estaba afuera sentado observando el camión. Olía a aceite, como un garaje. Silenciosamente murmure ¿tío Otto? Acercándome a la cama lentamente. Al darme cuenta que su vida había finalizado y se encontraba muerto, mire sobre la ventana y  descubrí que el camión estaba ahí. Baje los ojos y empecé a gritar. De la boca y nariz salía aceite a borbones. También salía aceite por sus ojos, como lagrimas. Aceite Diamond Gem, el aceite que se había derramado en el vidrio de mi tío el día del accidente.
Al estar en una situación tan presionada, empecé a correr, dejando a mi tío en la cama como si nada pasara. Llegando a mi auto, me di cuenta que el camión se había movido realmente no estaba en su misma posición y  decidí volver. Al volver las primeras moscas rondaban el cuerpo de mi tío. Mire misteriosamente hacia la ventana donde había visto al Cresswell. Luego me incline y abrí su boca, lo que cayo de ella una bujía Champion, casi tan grande como un puño , la cogí y la lleve.
El veredicto de la ciudad era que mi tío Otto se había suicidado tragado aceite y Carl Durki , el encargado de la funeraria dijo que cuando los médicos abrieron para hacer la autopsia encontraron mas de un litro de aceite en su interior y no solamente en su estomago sino en todo el organismo.
Como es dicho no creo que me crean y todos piensen que estoy loco pero aquí estoy mirando la bujía que recogí de su boca, que nunca debí haber recogido, pero lo único que sé es que todo esto sucedió.
Me pareció un relato excelente ya que me encanta la idea de poder contar con un vocabulario no tan avanzado pero que de apoco se pueda modificar. Lo que le cambiaria son algunos nombres, como el del socio que no me gusto. Me gusto mucho que el narrador este en un principio indeciso de dudar si él estaba loco o si en verdad sucedió.

Julieta Colom

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